Todos sabemos los males (y los bienes) que hay en estos pagos. Pero a veces no está de más recordarlos.
martes, 23 de noviembre de 2010
Pececitos de colores
2002: "El senador argentino Rodolfo Terragno se encuentra en Irlanda en lo que calificó como "viaje de estudio", destinado a "comprender mejor cómo hizo este país para salir tan rápidamente del estancamiento económico, el desempleo y la desesperanza".
Hoy fue recibido en el Oireacthas (el Parlamento irlandés) por Gay Mitchell, Presidente de la Comisión de Asuntos Europeos, con quien analizó el papel que cumplió la Unión Europea en el desarrollo de Irlanda y las lecciones que Mercosur puede extraer de esa experiencia. Terragno señaló que "el fenómeno de Irlanda, llamada el Tigre Celta en comparación con los tigres del sudeste asiático, no puede explicarse sólo por su pertenencia a la Unión Europea; hay otros países que pertenecen a la Unión Europea y no han tenido, ni por asomo, la evolución de Irlanda. Además, la misma Irlanda ya llevaba 13 años dentro de la comunidad europea cuando, en 1986, soportó una crisis gravísima, con caída del producto, un desempleo récord y una falta de fe que llevaba a sus jóvenes a emigrar"".
***
2010: "La elite europea consideraba a Irlanda un modelo de los beneficios de la integración a la Unión Europea, ya que cuanto más estrechamente se ligaban los irlandeses a las instituciones continentales, con mayor rapidez crecía su PBI.
Ya nadie habla de todo eso. La burbuja inmobiliaria celta fue aún más inflada que la de Estados Unidos (muchas de esas mansiones están abandonadas, sin terminar), la industria bancaria celta hizo apuestas aún más temerarias, y las deudas de Irlanda -privada y pública- hacen que los problemas presupuestarios de Estados Unidos parezcan manejables en comparación.
La economía irlandesa está hoy en la mente de todo el mundo, pero eso se debe a que el gobierno acaba de verse obligado a pedirle un rescate a la Unión Europea, para que Irlanda no se convierta en el hilo verde que desteja toda la frazada europea".
En Argentina siempre fuimos adeptos a comprar los "pececitos de colores" que nos vendían. Sobre todo, si venían del denominado "Primer Mundo". Pero como ya no nos daba el cuero para compararnos con las grandes potencias, los buzones que intentaron vendernos a partir de los '90 fueron los de las economías emergentes, aquellos países que se portaban bien y hacían los deberes que el capital les demandaba: privatizaciones, liberalización de la economía, flexibilización laboral, supresión de barreras y reducciones impositivas para los capitales especulativos. En los '90 nos hablaban de los "tigres asiáticos", más adelante de pequeñas naciones como Irlanda, Islandia, Grecia, Finlandia, etc., etc.
Lo peor de esa tendencia no fue que los poderes económicos concentrados, a través de los grandes medios de comunicación, buscaran la mejor forma de cagarnos la vida. Sino que esos cuentitos también fueran repetidos hasta el cansancio por dirigentes políticos que en algún momento supieron tener cierto prestigio, aún a costa de la posibilidad de generar construcciones más plurales y propias de nuestra realidad e idiosincracia. Si algo han demostrado estos últimos años es que la tilinguería de creer que lo nuestro es malo y lo de afuera es bueno, no siempre tiene demasiado sentido.
Por último, un consejito de Arturo Jauretche al ministro Boudou: "Asesorarse con los técnicos del Fondo Monetario Internacional es lo mismo que ir al almacén con el manual del comprador, escrito por el almacenero".
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Me podrías pasar las fuentes de las referencias del año 2002 y 2010?
ResponderEliminarResulta que hay algunos abribocas que me acusaron de no entender nada cuando dije que Irlanda se comió el verso del europeismo y le fue para la mierda.
¿A vos te parece que a un tipo como yo que ha hecho un arte de hablar de lo que no sabe acusarlo de esa forma tan vil?
Nooo, por favor, eso no se hace con especialistas de la sarasa como ud. y yo, Aldo. Si clickeás sobre los números de la nota, están linkeados con las fuentes de los textos citados: la primera es de la página personal de Rodolfo Terragno (el pez por la boca muere) y la segunda es una nota de Ross Douthat, del The New York Times, publicada en La Nación. Abrazo.
ResponderEliminar¡Que pareja periodística se pierde el país no dandonos un lugar a nosotros!
ResponderEliminarPodríamos demostrarles a toda esa runfla de canfinfleros lo que es hacer periodismo ficción