jueves, 31 de diciembre de 2009

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Bancando a Orlando



El señor Barone me disculpará por el gerundio (creo que justificado). Este blog se solidariza con el peor periodista de 2009, según la prestigiosa (?) revista Noticias. En esta campaña nos sumamos a Víctor Hugo, un "pichi" que recién está empezando, creo que tiene un blogcito perdido por ahí...
Nos cae más simpático el galardón a Orlando como "Periodista oficialista" del año, entregado por los muchachos de Ni a palos. Y mucho mejor nos cae el tono siempre filoso con que el premiado aceptó el honor:
"Mi caso es el de un perro entrenado por sus dueños para cuidarlo de los enemigos que los dueños le señalan, y que un día se da cuenta que también tiene que desconfiar de aquellos que lo han adiestrado por generaciones. Perros como yo hay muchos en los medios hegemónicos, pero siguen cumpliendo el mandato de sus dueños. Algunos sufren pero lamen y lamen y para consolarse creen que ladran al enemigo".

Desde "Donde estamos parados" preferimos a los prestigiosos periodistas que se bancan -pese al escarnio público- ser oficialistas de un gobierno (lo que a lo sumo les dura 4 u 8 años), que a los tristes mercaderes que venden su alma al diablo de las corporaciones mediáticas: eso, muchachos, es para siempre. Del ganador del premio al "Mejor periodista", preferimos no opinar...
P.D. (a los premios Noticias): Los mismos que premiaron a Graciela Ocaña como "mejor funcionaria", son los que sembraron la paranoia por las pandemias de gripe A y dengue, las que debían ser conjuradas por la siempre eficiente "Hormiguita". Que era ministra de Salud, no titular de la Oficina Anticorrupción. Y bué.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Cristo ya nació



José, pobre jornalero, se mecateya todito el dia,
lo tiene con reumatismo el tequio de la carpinteria,
Maria sueña que el hijo, igual que el taita sea carpintero,
pero el Zipotillo piensa: “mañana quiero ser guerrillero”.



Feliz Navidad para todos.

ADN contado a mis hijos



Había una vez una señora llamada Ernestina, que era dueña de un diario. Una mañana, sorprendida, encontró en una canastita frente a la puerta de su casa a dos niñitos, recién nacidos, que por lo visto no tenían ni papá ni mamá. La señora, de gran corazón, los crió como si fueran sus propios hijos. Y los años pasaron...
Pero un día, unos señores jueces, que son quienes deben resolver si se cometió un delito, y quien lo cometió, decidieron entrar a la casa de esos chicos (que ya son grandotes), para sacarles un pelito del peine o un poquito de baba del cepillo de dientes. Eso que agarraron ahí se lo llevaron a unos señores muy estudiosos en un laboratorio, para que se fijen si su ADN, su código genético (N. del R.: ¿esto como lo explico?), coincide con los de unas señoras que hace mucho, mucho, están buscando a sus nietos. Esas señoras se hacen llamar las Abuelas de Plaza de Mayo y usan unos pañuelos blancos en la cabeza.
Hace muchos años, los militares que gobernaban el país, y que eran malísimos, secuestraron a los hijos y a los nietos de esas señoras. Los hijos nunca más aparecieron. Y muchos de esos nietos fueron entregados a otras familias. Los militares que hacían eso se llevaban bárbaro con la señora Ernestina, con quien fabricaban papel juntos y hasta brindaban con champan.
Entonces, cuando los del laboratorio hicieron sus experimentos, se dieron cuenta de que... (Continuará)

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Sentido adiós



Estimado Abel:
Te vas como viniste. Como una ráfaga, una exhalación, un suspiro. O como una de esas tormentas de verano, que cuando uno se acuerda de agarrar el paraguas, ya terminaron.
Nuestra relación fue breve, pero intensa. Supiste sacar lo más profundo de todos nosotros. Nos demostraste que a pesar de que uno a veces cree que ciertos pensamientos cambian y evolucionan, hay gente que se muestra tenaz en aferrarse a ciertos ideales oscurantistas, por más vetustos y oxidados que parezcan.
Al menos tu coherencia es para resaltar: nunca te arrepentiste de lo que dijiste, nunca diste ni medio pasito hacia la posibilidad de acordar con otro alguna solución más democrática, más consensuada (ahora que suena tanto esa palabrita).
Quien te nombró en el cargo sabía que eras así, que era eso lo que pensabas. Y si no lo sabía, le hubiera bastado con leer la famosa nota publicada en La Nación un día antes de tu asunción. Pese a todo, te defendió y te tomó juramento. Y hasta se empeñó en destacar tu papel provocador y "polémico" (rasgo que te asemejaría con Guillermo Moreno).
Pero viste como son estos muchachos: se habrá fijado en las encuestas, consultado a sus asesores de imagen, se habrá mirado en el espejito mágico que le presenta Durán Barba y habrá llegado a la conclusión de que no le quedaba otra que soltarte la mano. Doce días después, con la misma cara de paranoica eficiencia, nos presentarán otro ministro.
Pero no importa lo que ellos hagan, lo que nos importa aquí sos vos. Suponemos que volverás rápido a tus libros y a tus viajes. Y a las reuniones de diletantes con tus amigos del Grupo Aurora, con los que despotricarás en paz contra el "troscoleninismo" y los enemigos de la República. Hacés bien. A esta altura del camino no tenías por qué amargarte la vida con esos sindicatos docentes que por cualquier pavadita anuncian un paro. ¿O qué se creen? ¿Que por ganar 1500 míseros mangos tienen derecho a tener de rehén a los pibes? Válgame Dios...
Adiós Abel. Cuesta mucho tener que redactar estas palabras, pero vos te las merecés. Te iba a llamar por teléfono, pero temía que me cortaras como le hiciste a Ernesto. Tu memoria quedará grabada a fuego en todos nosotros. Y esa juventud perdida, estupidizada por el rock y la droga, no sabe lo que se pierde con tu partida. Sólo te elogiarán dentro de siglos, cuando algún paleontólogo encuentre tus huesos fosilizados y te expongan en un museo bajo el título rimbombante de "Possesaurus", dinosaurio breve pero muy dañino.
Hasta siempre Abel. Gracias por nada.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Bombita Sabella



Leemos a JPV: La excelente revista Animals, quizá la mejor publicación argentina dedicada a un club de fútbol, descubrió su pasión por la política. En el número de octubre 2009, cuenta que su habitación de juvenil setentista estaba decorada en una pared con cuadros de fútbol y en la otra con una foto de Juan Domingo Perón. En la mesita de luz, tenía un ejemplar de El descamisado, el semanario que oficiaba de órgano de propaganda de los Montoneros. No militó. "Pero si hubiera ido a la Plaza de Mayo aquel 1º de mayo en el que Perón los llamó imberbes, se habría ido con ellos", revela Animals. En su escritorio, podían verse los diez tomos de Historia Argentina, de José María Rosa.
Salud al Pincha (casi) campeón del mundo. Y al compañero (y ex riverplatense) Alejandro Sabella por unir humildad con hambre de grandeza.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Descreimiento



Los argentinos somos de descreer.
Descreemos de los políticos, del gobierno, del congreso, de la justicia, de las fuerzas de seguridad, de los sindicatos, de la iglesia católica.
Descreemos de lo que nos dice el servicio meteorológico – lo bien que hacemos – y de las profecías apocalípticas de Lilita Carrió – menos mal -.
No creemos en las cifras del INDEC ni en las que dan los economistas que putean todo el tiempo por lo mal que anda el país.
No creemos en las empresas de servicios administradas por el Estado, pero tampoco en las privatizadas.
Y ahora tampoco creemos que los Pomar se hayan matado en un accidente ni que alguien haya amenazado al helicóptero de la Presidenta.
No creemos en Papá Noel, ni en los Reyes Magos.
Ni en el Hombre de la Bolsa.
Ni en el Cuco.
Y tampoco creemos en los que no creen.
Y en los que no les creen a los que no creen.
Bah, creo yo. O, mejor dicho, no creo…

miércoles, 9 de diciembre de 2009

La mala educación



Que alguien me explique, leyendo este currículum, cual es la especialización en educación del señor Abel Parentini Posse –quien suele borrar su primer apellido-. Y eso que es la versión oficial de la historia. Un repaso menos condescendiente de su trayectoria es el que realiza Miguel Bonasso aquí, en el que señala que Posse se autopostuló en algún momento para canciller de Kirchner (¿será por eso su odio visceral al gobierno nacional?) y se descubren las flagrantes mentiras del diplomático y escritor.
Lo que sí queda claro son sus ideas de derecha, contra los juicios a los genocidas, a favor de violaciones a los derechos humanos como las que se perpetraron en el Perú de Alberto Fujimori y contra las “cobardes huelgas” que realizan docentes que ganan 1500 mangos.
Volviendo a los antecedentes de Posse, seguramente este “intelectual” (?) aprendió mucho en sus viajes alrededor del mundo. Pero podríamos objetar junto a Martín Fierro:
“Hay hombres que de su cencia
Tienen la cabeza llena;
Hay sabios de todas menas,
Mas digo sin ser muy ducho:
Es mejor que aprender mucho
El aprender cosas buenas”.
Aprender cosas buenas. Más y mejor educación, señor Posse. La que se consigue con mayor inversión, mejores salarios docentes y escuelas en condiciones, no con frases altisonantes pero vacías.

martes, 8 de diciembre de 2009

¿Con 'H' o sin 'H'?




Es una gran duda...
La otra duda es: ¿quién choreó a quién?
Pero la graaaan duda, la madre de todas las dudas es... ¿ya no quedan publicistas creativos en este país? ¿Eh?
(Eh... ¿irá con h o sin h?)

lunes, 7 de diciembre de 2009

Evo, Bolivia



Bolivia queda al norte, pero es el sur.
El sur del sur. Está en el corazón de la América del Sur.
Enclavada durante años entre la Cordillera y la selva.
Saqueada por conquistadores de toda laya.
Sin la plata que surgió de sus entrañas el capitalismo europeo no hubiera sido posible.
Sin el gas, las voraces petroleras no se fijarían en ese árido territorio.
Sin la coca, no estarían en la mira del vigía de occidente.
Bolivia es una herida, curtida por el sufrimiento. Por la injusticia.
Bolivia es Evo. Evo es Pueblo.
Y Bolivia también somos nosotros.