lunes, 29 de noviembre de 2010

Era un traditore…



Como en la escena final de uno de sus tragicómicos filmes, como si se tratara de uno de sus fracasados pero queribles personajes, el viejo Mario Monicelli, decidió cortar por lo sano y se tiró desde un quinto piso, a los 95 años. Enfermo de un cáncer terminal de próstata, decidió darle a su vida un final de película.
Justo el mismo día en que se despidió Leslie Nielsen, el canadiense que también nos hizo matar de risa con sus monigotadas, el tano dio las hurras con un final operístico. Seguramente en su funeral algún amigote se reirá con un chiste y recordará su vida, dedicada al humor y al cine. Salute, Mario.

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