Todos sabemos los males (y los bienes) que hay en estos pagos. Pero a veces no está de más recordarlos.
lunes, 20 de julio de 2009
El Pino y el bosque
(Publicado en El Barrio Villa Pueyrredón, julio 2009)
"Sueño el Sur, inmensa luna, cielo al revés,
busco el Sur, el tiempo abierto, y su después".
"Vuelvo al Sur", de Piazzolla y Solanas
La hora de los votos
El 28 de junio después de las 6 de la tarde la mayoría de los canales televisivos pusieron en pantalla los festejos de los ganadores. En Capital, todos los medios se apuraron a coincidir en que había vencido Gabriela Michetti, que debió renunciar a la vicejefatura de gobierno para defender los colores del PRO en los comicios para diputados nacionales. La elegante mujer y su mentor, Mauricio Macri, sonrieron para las cámaras y se manifestaron contentos, por haber ganado en la ciudad que gobiernan desde hace dos años.
Sin embargo, con el correr de la tarde los números no resultaron todo lo consistentes que esa alegría inicial expresaba. Según el escrutinio provisional, Michetti consiguió 561.847 votos (31,09%), 200 mil menos que los obtenidos junto a Macri en las elecciones de hace apenas dos años. Incluso sacó 41 mil votos menos que los que obtuvo el actual mandatario porteño en las elecciones legislativas del 2005, en pleno apogeo kirchnerista. El rendimiento de la lista de Michetti sólo puede considerarse como positivo si se lo compara con lo conseguido por el PRO en las elecciones para senadores y diputados del 2007, cuando quedó lejos de los candidatos de la Coalición Cívica y el Frente para la Victoria.
Si bien los festejos en el coqueto bunker del PRO no cesaron, sin dudas tuvieron que compartir su protagonismo con los que en el Hotel Bauen encabezaban las huestes de Fernando "Pino" Solanas.
El cineasta y su Proyecto Sur se convirtieron en la segunda fuerza de la Ciudad con 437.634 votos (24,21%), en un sprint final que sorprendió a propios y extraños. Pese a que en la previa algunos sondeos lo ubicaban disputando el tercer lugar con Carlos Heller y Aníbal Ibarra, "Pino" se impuso claramente en esa puja y – luego del debate televisado entre los candidatos – sumó día a día las adhesiones suficientes para destronar del segundo lugar al Acuerdo Cívico y Social y acercarse al PRO.
La gran derrotada del día fue sin dudas Elisa Carrió. La líder de la Coalición Cívica no quiso jugarse el todo por el todo en la elección Capital, temerosa de una derrota ante Michetti. Y así le fue. Impuso contra viento y marea la nominación del ex presidente del Banco Central Alfonso Prat Gay, quien nunca sedujo a nadie, y alcanzó un magro 19,05% (344.388 votos). La propia Carrió peleó hasta último momento para asegurarse un escaño en la Cámara de Diputados y sus esperanzas presidenciables quedaron sumamente debilitadas.
Para el kirchnerismo tampoco fue una jornada feliz. La lista de Carlos Heller consiguió 210.136 votos (11,63%), con lo que el gerente del Credicoop apenas aseguró su banca. Los votos conseguidos por el Frente para la Victoria no fueron ni la mitad de los obtenidos por Daniel Filmus en la elección para jefe de gobierno. Y al ex ministro de Educación ya le empezaron a pasar factura por su apoyo a Heller. El otro gran derrotado fue Aníbal Ibarra, quien hace dos años volvía triunfal a la política y conseguía el segundo puesto detrás del PRO en las listas para la Legislatura porteña. Esta vez obtuvo menos de 60 mil votos (3,28%), fracasó en su intento de ser electo diputado y sumó solo una banca en la Legislatura.
Ciudad latente
La Ciudad de Buenos Aires siempre fue ecléctica en sus elecciones. En esta Capital fueron "estrellas" electorales en las últimas dos décadas Fernando de la Rúa, Erman González, Chacho Alvarez, Domingo Cavallo, Aníbal Ibarra, Elisa Carrió, Mauricio Macri y hasta Luis Zamora, entre otros. Una población sin grandes identificaciones partidarias suele zigzaguear votando por el candidato más atractivo, contrabalanceando el poder entre el conservadurismo de los sectores medio-altos y cierto progresismo sui generis de ciudadanos de clase media y media baja.
Como todo partido de centro-derecha, el PRO repitió las contundentes cifras que reunieron otrora Alsogaray o Cavallo en la zona norte de la Ciudad. Macri, hace dos años, arrasó en la franja que va de Recoleta a Nuñez. Pero a su propuesta conservadora le sumó un discurso con mayor raigambre popular, que lo emparenta con el menemismo, con guarismos altos entre los sectores más bajos y una aceptación importante en la clase media. La candidatura de Michetti, por su parte, se hizo fuerte en el Norte, pero no consiguió la misma penetración en el Centro, Oeste y Sur de la Ciudad. En barrios de clase media (donde no superó el 30%) pesó sin duda el "desengaño" que en muchos generó su renuncia a la vicejefatura de gobierno y las deficiencias de la gestión. La gente (ese colectivo difuso usado a menudo por los medios) pareció darle al macrismo un voto de confianza, pero también le impuso sus límites: por ejemplo, no alcanzará el quórum propio en la Legislatura porteña.
"Pino" Solanas, en cambio, tuvo sus mejores resultados en las zonas de la ciudad en las que peor le fue a Michetti. En el oeste y noroeste de la ciudad, estuvo muy cerca del PRO; incluso se impuso en las comunas 10 (Floresta, Villa Luro, Versalles) y 15 (Agronomía, Villa Ortúzar, Chacarita, Paternal y Villa Crespo). Ese progresismo de la clase media llevó a muchos votantes a expresarse en contra del modelo privatista y de franco descuido de la salud y la educación públicas que plantea el macrismo; pero desde su antipatía por el kirchnerismo y por el justicialismo en general, lo hizo a través de una fuerza que también le marca la cancha "por izquierda" al gobierno nacional. Muchos jóvenes sin demasiado interés por la política, incluso eligieron a "Pino" como un personaje honesto e idealista, una figura casi romántica, alejada de los cánones de los políticos tradicionales. Un voto inestable y poco previsible, pero voto al fin.
Próxima estación: 2011
Solanas ya lo sabe y así lo admitió apenas conocidos los resultados del domingo: su partido deberá ponerse a pensar seriamente en la elección para jefe de gobierno de 2011. Con el kirchnerismo caído en desgracia, muchos sectores progresistas y hasta de izquierda verán en él la posibilidad de frenar al neo-conservadurismo en la Ciudad. Pero no será tarea fácil.
Si se sumaran los votos de Proyecto Sur, el Frente para la Victoria y el partido de Ibarra en esta elección, el voto de centro-izquierda sumaría unos 700 mil votos. Son 60 mil más que los logrados por Daniel Filmus en el ballottage de hace dos años, pero aún así estaría lejos de los guarismos alcanzados por Macri (sacó 780 mil en primera vuelta). Y para conseguir esa unidad, el progresismo aún debe dar demasiados exámenes.
En el Congreso de la Nación, Solanas encabezará un bloque que mantiene su perfil opositor, reclama la reestatización del petróleo y el gas y una mejor distribución del ingreso, pero apoya algunas iniciativas del gobierno, como la demorada ley de radiodifusión. Al mismo tiempo, en la Ciudad su coherencia se evaluará en la medida en que se oponga a la gestión de Macri y defienda el sector público, haciendo suyas las banderas de los sectores de la CTA que lo acompañan, representados por el diputado Claudio Lozano y el legislador electo Fabio Basteiro.
Pero también, a nivel interno, Proyecto Sur deberá comenzar un trabajo de organización que lo posicione como un partido con seria voluntad de poder. Y finalmente decidir quienes ocuparán las candidaturas: hasta ahora había un acuerdo interno para que Solanas sea candidato a presidente en 2011 y Lozano vuelva a presentarse a la jefatura de gobierno. Pero estos resultados posiblemente pondrán en discusión esos pactos.
La elección deja un tiempo abierto para las distintas fuerzas políticas, se verá como sigue su después. Habrá que analizar bien este nuevo panorama para que el árbol, o el Pino, no tape el bosque.
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