Todos sabemos los males (y los bienes) que hay en estos pagos. Pero a veces no está de más recordarlos.
viernes, 13 de mayo de 2011
Una sola
Sólo un par de apuntes respecto al discurso de Cristina:
El exceso en la acción directa es hartante hasta para los que cuando hay un conflicto siempre nos ponemos del lado del más débil: no es lo mismo cortar la Panamericana por 200 despidos que por un aumento del 5% más o menos en el salario. Hay otros métodos. Y los que se denominan dirigentes deben conocer mínimamente de táctica y estrategia.
La diferencia entre sindicatos y corporaciones es fundamental: la Presidenta sabe cuál es esa diferencia y por eso pone el dedo sobre la llaga. A las corporaciones las ha combatido con suerte dispar como en la batalla por la 125, la estatización de las AFJP o la Ley de Medios. A los sindicatos, este gobierno les ha concedido más reivindicaciones que ninguno otro en los últimos 50 años. Pero el poder obtenido mediante esas conquistas no debe ser una carta blanca para imponer condiciones al poder político, un gobierno democrático que es de todos los argentinos -no sólo de los trabajadores o de un partido-, o para buscar beneficios para sus dirigentes.
La única conductora del partido gobernante es la Presidenta. Ella es la que tiene que ordenar hacia abajo y así lo hizo. Y no entro en ningún tipo de teoría conspirativa ni se puede hablar de golpismo: para eso, habría que contar con un nombre de recambio. La CGT no lo tiene. Como tampoco lo tienen las corporaciones empresarias.
Y no hay que olvidarse que detrás de todo sólo hay una mujer. Que no está sola. Pero lo está…
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