Todos sabemos los males (y los bienes) que hay en estos pagos. Pero a veces no está de más recordarlos.
viernes, 14 de mayo de 2010
Gloria y loor
Fernando Bravo, pensador contemporáneo: “Moyano aplica la metodología de la extorsión a niveles realmente increíbles. Porque está luchando por 50 tipos, que pertenecen al gremio de Comercio y quiere que pasen al sindicato de trabajadores de peajes, que él se creó a su medida. (…) Andá y hacé una sentada frente al Ministerio de Trabajo si es el que te tiene que dar la potestad o la vía libre. O donde se debe decidir si los empleados de comercio o si los que laburan en el peaje para una determinada compañía siguen perteneciendo al sindicato de empleados de comercio o tienen que pasarse al gremio de los empleados de peaje. Pero andá a discutirlo en otro lugar más civilizadamente, no como un verdadero indígena y un verdadero incivilizado. Que genera un verdadero caos para miles de personas, miles de personas que hoy no han podido cumplir con sus tareas habituales. Y no quiero ni pensar la cantidad de personas hasta por razones familiares, ha tenido inconvenientes de moverse hoy porque esta banda de energúmenos y malnacidos lo único que hacen, por luchar por la afiliación de 50 tipos, generan el caos que generan. Bueno, tiene el sello de los Moyano, y está todo dicho, viejo”.
Esos indios, salvajes, energúmenos, malnacidos parecen ser los mismos que le gritaron al conductor radial “hijo de tu madre, chorro, mentiroso, sos un gorila” en la calle (no frente a un micrófono) el día de la marcha por la ley de medios. Porque ya sabemos lo que hay que hacer con los salvajes, como diría el gran Domingo Sarmiento:
“Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa canalla no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. (…) Incapaces de progreso, su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se les debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado”.
Gloria y loor al gran Fernando Bravo, fiel representante de esa estirpe de pro-hombres que hicieron grande, blanca y rubia a nuestra nación. Ah, y muy civilizada.
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Bravo, Fernando! Gracias por hacerme dar cuenta una vez más de que, si vos sos la civilización, yo prefiero ser barbarie.
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