martes, 1 de marzo de 2011

Agenda política sin rulos



Cristina Fernández de Kirchner dejó inauguradas hoy las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, las últimas (¿?) de su mandato. Aquí se pueden consultar los principales puntos del mensaje presidencial.
Se destaca fundamentalmente el anuncio de la extensión de la Asignación Universal por Hijo a las mujeres desde el tercer mes de embarazo: una medida fundamental, sobre todo para proteger a las mujeres más humildes, en un momento de sus vidas en el que suelen estar particularmente desprotegidas. Y la decisión de que el Ministerio del Interior – luego de la exitosa experiencia del nuevo DNI – sea el organismo encargado de unificar toda la documentación personal de los ciudadanos, incluido el pasaporte, cuya confección estaba hasta ahora encargada a la Policía Federal. De rebote, desaparece la nefasta Cédula de Identidad (creada en épocas en que los argentinos, antes que identidad, teníamos antecedentes) y cientos de policías dedicados a estos trámites podrán pasar a patrullar las calles. Enhorabuena.
Pero más allá de estos anuncios ejecutivos, y del repaso de la gestión, es gratificante que la jefa de Estado haya marcado algunos puntos de la agenda política para el año que viene, los cuales deberán pasar sí o sí por el parlamento, que es el encargado de debatir y aprobar las leyes. La Presidenta pidió al Congreso tratar la reforma al estatuto del peón de campo; la aprobación de una ley anti-lavado; los cambios a la ley penal tributaria; el debate de una nueva ley de adopción; y el tratamiento de una ley sobre tenencia de la tierra, sobre todo en lo que hace a evitar la extranjerización. Toda una agenda de trabajo, algo que faltó en discursos anteriores: recordemos que en 2010 sólo se presentó como un hecho pasado la firma del decreto que permitía pagar la deuda con reservas del Banco Central. Todos temas arduos, que conforman un verdadero desafío para el Poder Legislativo, sobre todo teniendo en cuenta que el 2011 es un año electoral.
El discurso también dejó dos definiciones fuertes. Una, la dedicada a ciertas prácticas gremiales, sobre todo las referidas a los paros de transporte: "Yo quiero seguir siendo compañera de los sindicatos y no cómplices de maniobras.Todos los sectores sindicalizados tienen que tener prácticas diferentes, no pueden someter de rehenes a los pasajeros", dijo Cristina. La otra, cuando señaló que "la seguridad (NdR: la problemática más importante para la sociedad, según la mayoría de las encuestas) es un valor que no tiene que tener ideología y no debe estar sometido a tironeos infantiles. Tampoco debe ser mediática y sometida a fines electorales".
Las chicanas destinadas a la oposición y a ciertos medios de comunicación no estuvieron ausentes, aunque fueron más elevadas que en otros discursos. ¿Reelección? ¿Reforma constitucional, dijeron? No se hagan los rulos.

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