lunes, 4 de enero de 2010

Chau viejo



Hay gente que nos cambia y nos mejora, a pesar de que hayamos compartido poco tiempo con ellos (aquellas madrugadas entre diarios en la calle Venezuela). Hay tipos de los que uno quisiera estar más cerca -en el tiempo, en el espacio-, como para poder nutrirse con sus palabras, sus ideas, sus risas, sus llantos y sus silencios. Hay hombres, sobre todo, con los que uno hubiera querido compartir más de una trasnoche de vino, charla y buenas compañías.
Entre esos tipos estaba Andrés, al que a partir de hoy vamos a extrañar.
Un abrazo "Viejo", hasta siempre.

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