lunes, 13 de marzo de 2017

Bang, bang, estás liquidado


Ahora que ya acusamos, juzgamos, condenamos, fusilamos, excomulgamos de la vía láctea a Carlos “Indio” Solari, ¿qué queda del movimiento cultural antes conocido como “rock”?
Quedan “rockeros bonitos, educaditos, con grandes gastos…” (lo cantábamos hace 30 años y parece cada vez más vigente).
Quedan mega-festivales muy prolijos, promocionados en la radio, donde podés comer tacos mexicanos y chaw-fan en food trucks o tomar cafecitos de Martínez (matenmé).
Quedan corporaciones de la “industria del entretenimiento” con jugosas ganancias y domicilio en paraísos fiscales.
Quedan grandes bandas de ayer que no paran de repetirse.
Quedan payasitos desafinados que juegan a los autitos chocadores.
Quedan viejas “glorias” que llaman a violar mujeres o abrazan la cruz.
Quedan músicos a los que se les acabó la inspiración – si es que alguna vez la tuvieron – y se dedican al periodismo.
Quedan bandas de pibes de barrio, sin poesía ni melodía.
Quedan bandas “indies” para escuchar mientras uno toma una limonada con jengibre.
Quedan shows de circo (WTF???!!!).
Queda el recuerdo del Flaco.
Queda Charly (sedado y todo, no te mueras nunca, García).

OK. Si esa es la vereda del sol, prefiero quedarme del lado de la sombra.
Me voy a poner la pava para el mate, mientras escucho viejos discos de Rivero y de Larralde (y de los Redondos también, obviamente).
Buenas tardes.

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